Breviloquium
Identidad y tareas de la ABP
Animación Bíblica de la Pastoral
11 de junio de 2023
Continuamos hablando de la Animación Bíblica de la Pastoral. Las luces las tomamos del documento Directrices para la animación bíblica pastoral en México (2015), que la Dimensión de Animación Bíblica de la Pastoral en México preparó para las diferentes provincias, diócesis y parroquias del país. Revisamos, para ello, las diferentes formas en que se ha comprendido la pastoral en la Iglesia a partir de mediados del siglo XX, y cómo esto ha influido para asumir la Biblia en la vida y misión de la Iglesia de distinta manera; pasamos, en seguida, a exponer la identidad de la ABP. Finalmente, trazamos sus dimensiones o tareas esenciales.
Examinemos brevemente las diferentes formas de concebir la Pastoral en la Iglesia y su influjo en la Pastoral Bíblica (n. 30), así como las concepciones de Iglesia o eclesiologías que les subyacen. La primera de ella la encontramos a mitad del siglo XX, se le llamó Pastoral de cristiandad, esta era «de “forma clerical”, es decir, pensada y llevada a cabo solamente por los pastores (Obispos, sacerdotes, diáconos)»; la eclesiología que está detrás es la del cuerpo místico de Cristo. En ese contexto pastoral, surge el movimiento bíblico que «busca difundir la Biblia entre el pueblo, con la ayuda de los exégetas y estudiosos de la Biblia, haciendo asequible a todos su lectura».
La Pastoral de conjunto, que surge en Friburgo en 1961, continúa la eclesiología del Cuerpo místico, pero ahora se abre a la actividad de los laicos en la pastoral, así, con esta concepción de la pastoral, se buscaba que «las acciones pastorales de la diócesis y de las parroquias, como obra de todos en la Iglesia (clero, religiosos y laicos), realizadas de forma programada y desarrolladas en unión y comunicación permanente de unas con otras». A partir del Concilio Vaticano II se da paso a la expresión Pastoral Bíblica para diferenciarla del apostolado bíblico que emplearon las Sociedades Bíblicas Unidas. Con todo, la pastoral bíblica en la pastoral de conjunto se convirtió en una pastoral más con mínima o sin ninguna interrelación con las demás pastorales.
Hoy en día se ha acuñado la expresión Pastoral orgánica, la cual «se sustenta en la doctrina paulina sobre Cristo, la Iglesia y los ministerios y carismas (cf. 2Cor 12,12-26; Ef 1,22-23; Col 1,18-20)». Si por pastoral entendemos «las acciones evangelizadoras del Cuerpo con la finalidad de extender y formar la vida, los ministerios y carismas de la Cabeza en todos sus miembros», por orgánica la comprendemos «cuando cada pastoral parroquial y diocesana se concibe y vive como acciones de un solo Cuerpo que conducen y forman una misma vida, la de la Cabeza, en cada miembro del Cuerpo». Es aquí donde la Sagrada Escritura deja de ser concebida como objeto de una pastoral para pasar a ser la fuente de la vida y misión de toda la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, es decir, pasa a ser Animación Bíblica de la Pastoral.
Por todo lo anterior, nos preguntamos ahora, ¿qué es la ABP? El documento nos da la siguiente definición: «la Animación Bíblica de la Pastoral, partiendo de una pastoral orgánica, consiste en colocar en el corazón de la vida y en la actividad de la Iglesia la Palabra de Dios, como don del Padre revelada, escrita en la Sagrada Escritura, contando con la Tradición viva de la Iglesia y con el Magisterio, para la adhesión plena con Jesucristo y en la búsqueda del Reinado de Dios entre todos los hombres» (n. 31).
Las tareas de la ABP son tres: 1) ser escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra, esto es, «enseñar a comprender los textos de la Biblia y sus sentidos genuinos» (n. 33); 2) ser escuela de comunión con Jesús u oración con la Palabra, donde se enseñe «a los creyentes a vivir en diálogo de oración y comunión con Dios mediante su Palabra, con la intención de hacerla vida» (n. 34); y, 3) ser escuela de evangelización inculturada o de proclamación de la Palabra, con la que se facilite el testimonio «con la vida personal y anunciar con valentía la Buena Nueva al mundo entero» (n. 35).
En síntesis, desde la identidad de la Animación Bíblica de la Pastoral podemos afirmar que esta «supone una tarea permanente de actualización, de inculturación, de interpretación, de formación en la Sagrada Escritura. Es un proceso gradual y largo, que va adquiriendo consistencia, que contempla planeación, etapas, que fija objetivos, que está en permanente evaluación, que corrige vacíos o desorientaciones en el caminar discipular en la Palabra de la comunidad» (ibíd.). Tarea que necesita de una organización específica y de unos agentes de pastoral con un perfil bien delineado.
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