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Juan Martín Velasco: Increencia y evangelización

Breviloquium

Juan Martín Velasco: Increencia y evangelización

5 de marzo de 2023




          Tenemos frente a nosotros el volumen de Juan Martín Velasco, Increencia y evangelización. Del diálogo al testimonio, publicado por Sal Terrae en 1988, es el tomo 45 de la colección Presencia Teológica. El autor distribuye el contenido en dos partes, con siete y ocho temas respectivamente. Como se aprecia, la obra se sitúa en un momento histórico donde todavía no está aún arraigado la expresión «nueva evangelización», pero que, tomando las directrices de la carta magna sobre la evangelización de Pablo VI, Evangelii nuntiandi (8 de diciembre de 1975), y las intuiciones del Concilio Vaticano II, plantea «despertar en las comunidades cristianas un cristianismo confesante» (p. 10).

          Para iniciar el diálogo, los cristianos tienen que situarse en el lugar existencial en que se encuentra el no creyente. Juan Martín Velasco señala como punto de inicio la clarificación de términos alrededor de la «increencia», así destaca cuatro bloques de términos de acuerdo a la perspectiva en que surgen. En el primer bloque encontramos: «ateísmo, agnosticismo, escepticismo, racionalismo, materialismo, nihilismo, etc.». En el segundo: «irreligión, increencia, incredulidad, indiferencia, etc.» (p. 18). En el tercero: «laicismo, secularismo, anticlericalismo». En el cuarto y último bloque: «librepensamiento, racionalismo, en un sentido diferente del reseñado en el primer apartado, humanismo, etc.» (p. 19). Observamos, en síntesis, la complejidad y ambigüedad que comporta este fenómeno.

          Con todo, son los terrenos donde se desenvuelve la posibilidad de entablar un diálogo que culmine con la presentación del testimonio de la fe. Así continúa presentando las estadísticas y las características de la increencia (cap. 2), como también las formas actuales de increencia (cap. 3), mismas que exigen una interpretación pluridisciplinar desde la perspectiva sociológica, psicológica, histórica filosófica y teológica (cap. 4). Todo ello lleva a plantearse al autor, ¿qué causa el ateísmo? y ¿cuáles son los caminos hacia la increencia? (cap. 5). Ya como penúltimo capítulo de esta primera parte, examina la falta de la práctica religiosa y el alejamiento de la fe (cap. 6), en este apartado perfila al católico no practicante, pero que mantiene su identificación, por alguna razón, con el catolicismo. Concluye dando sus conclusiones al tratamiento realizado al fenómeno de la increencia.

          Si bien, entonces, esta primera parte nos ha dado los elementos para el diálogo con el no creyente, el alejado, el católico no practicante, estos nos deben servir, ahora, para dar el siguiente paso: la evangelización, el testimonio de la fe. Para ello, Juan Martín Velasco vuelve a proponer esclarecer los términos en torno a la evangelización. Históricamente fueron apareciendo los términos misión, apostolado y evangelización. El primero «designaba, a partir del envío del Hijo —el enviado— desde el Padre para la salvación del mundo, el envío de la Iglesia para dar testimonio de Jesucristo»; el segundo, «la acción de los apóstoles, es decir, enviados por Jesucristo para anunciar su Evangelio y ser sus testigos en el mundo»; y, el tercero, como consecuencia de las reflexiones a partir del Concilio Vaticano II, designa «la tarea del anuncio del Evangelio tanto a las personas y sociedades que todavía no conocen a Jesucristo como a las que, en el interior de los países tradicional y mayoritariamente cristianos, se han alejado de la fe o han nacido y crecido fuera de ella» (p. 112).

          Nuestro autor advierte que la actualidad de esta reflexión sobre la evangelización, no debe llevarnos a solo verla como una moda, sino que tienen que darse pasos concretos en el terreno de la práctica. En consecuencia, tratará la evangelización como dimensión constitutiva del ser creyente (cap. 2) y como obra de la Iglesia (cap. 3); posteriormente presentará el estilo, cauces, estructuras y acciones de la tarea evangelizadora (cap. 4), para pasar de una pastoral de mantenimiento a una pastoral misionera. Un lugar que propone para el desarrollo de la evangelización es la religiosidad popular (cap. 5). Así mismo, subraya que la evangelización comporta el compromiso por la justicia (cap. 6). Por otra parte, el diálogo entre cristianismo y cultura contemporánea es posible desde la inculturación de la fe (cap. 7). Finalmente, apunta las conclusiones de la propuesta que presenta: del diálogo al testimonio (cap. 8).

          En síntesis, la obra de Juan Martin Velasco nos aporta elementos para la construcción del diálogo entre cristianos y no creyentes que desemboquen en la presentación de la experiencia de Dios que todo cristiano está llamado a testimoniar en todas partes y con toda la gente.

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