Breviloquium Las alas que llevan a la salvación: fe y conversión 31 de julio de 2021 Jesús, por su pasión, muerte y resurrección, nos ha obtenido la salvación del pecado. La salvación es un don de Dios ante nuestra incapacidad para salir adelante por nuestras propias fuerzas. Sin embargo, si Jesús ya nos ha obtenido la salvación, ¿por qué aún no lo experimentamos? Para lograr experimentar esta salvación necesitamos de dos alas, la fe y la conversión. Recorriendo aldeas y ciudades, Jesús pedía ambas cosas: «conviértanse y crean en la Buena Noticia» (Mc 1, 15). San Pablo al carcelero de Filipos le asegura: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia» (Hch 16, 31). A los que quedaron conmovidos por el anuncio de la salvación el día de Pentecostés, san Pedro les dice: «Conviertanase» (Hch 2, 38). Ambas disposiciones son fundamentales para recibir los frutos de la salvación que Jesús ha ganado. La fe, en primer lugar, es el medio por el cual lle